Al volante

Lo cierto es que desde que me subo al coche hasta que me bajo, voy acojonada. Pensaréis que con toda la razón del mundo ya que es el medio de transporte con mayor accidentabilidad del mundo, pero lo curioso es que  solo me pasa cuando conduzco yo.



Sí señores, soy la típica conductora-abuela. La que lleva el asiento todo lo cerca del volate que puede (así se gangrenen las piernas). Sí, una pisahuevos. La que desespera a quienquiera que lleve detrás. En la autovía, fauna de carril derecho. En una carretera de doble sentido, la que va a la velocidad del de delante. Todo esto cargo en mi currículum, en el que además, tres multas acreditan mi condución "al límite": la primera, por exceso de velocidad (42km/h... en la zona de 30km/h), la segunda, por aparcar al revés (y por ignorante, porque ni sabía que no se podía) y la tercera, por exceso de velocidad otra vez, pero con "más" delito: 36 km/h en horario escolar! Ya véis, un peligro público!

Pero que conste que no soy yo el problema. Si estuviese yo sola en la autovía o en la ciudad o en toda Alemania (y sola significa no coches, no peatones, no gatos, no nada-que-se-mueva!), cambiaría mucho el cuento. Pero no, parece que la gente no tiene la decencia de quedarse en casa la media horita que necesito para llegar al trabajo...Y claro, tarde o temprano te topas con los tocacojones irremediables que te hacen la vida imposible. Ejemplo: Tú quieres girar a la izquierda, pones el intermitente, cambias de carril en la línea discontinua, y giras. Tú crees que lo has hecho todo bien, pero no. Alguien te pita como si le fuese la vida en ello.

El susto por lo pronto te lo llevas. Si eres una conductora acojonada como yo, recibir una pitada de éstas siempre te hace sentir como que mucho "mejor", mucho más "segura".Y comienzas a analizar la situación: me ha pitado a mí? Pero, qué he hecho mal? Hay alguna señal? a ver si es que no la he visto? habré pisado la línea continua? o, peor aún, el carril bici?

Vamos, un sinvivir.

Y como conductora temerosa (que no temeraria) que soy, atormentada por pitidos ajenos, hay algo que no me consigo explicar: si el sector de automoción ha avanzado hasta el punto de que se pueda aparcar el coche con el smartphone, si vienen con ipads integrados, si los autobuses llevan paneles solares en el techo, si se están desarrollando detectores de niños (sí, habéis leido bien) o mi súper favorita: la tecnología ADT (Anti Drunk-Driving Technology) que, via unos sensores en el volante, analiza tu sudor y evita que conduzcas si estas bajo lo efectos del alcohol. Pues eso, yo me pregunto, si hemos llegado tan lejos, como puede ser que nadie haya inventado ya el Dispositivo Intercomunicador de Corto Alcance (DICA), o como lo llamaría mi abuelo, un walkie-talkie pal coche.

No sería mucho más fácil si el tío de detrás, en lugar de pitarte, te comentase sus observaciones amigablemente con el DICA? (que por supuesto, vendría de serie):

- Mercedes negro a Polo rojo.
- Polo rojo, dígame.
- No se ha dado usted cuenta de que ha pisado la línea continua?
- Pues no Mercedes negro, no me he dado cuenta.
- Pues ande usted con cuidado y fíjese la próxima vez.
- Copio. Muchas gracias!

Así, sin estrés. Y si aún así, algún díscolo te pita, pues tú pillas tu DICA y te ahorras el brainstorming:

- Polo Rojo a BWM gris. Por qué me ha pitado?
- Por cruzarse en mi carril!
- Error. Mi carril hace una curva y el suyo también. Si le parece que me he metido en su carril es porque no ha seguido la curva.

Y que le den ajos.  Así yo llego a casa no solo sin comerme la cabeza, sino con la certeza y satisfacción de no haberla liao.

Todo podría ser tan sencillo! Pero no, habrá que esperar a que llegue el DICA. 

Mientras tanto...  a berridos necios, música alta.