No te quites el sayo

Abre tu armario. Coge toda tu ropa y tírala en la cama. Así, con furia, como en las películas americanas cuando la novia se enfada y echa al novio de casa, previo lanzamiento de prendas por la ventana. Ahora ve hacia tus zapatos. Quiero que abras todas las cajas y repartas los zapatos por el suelo, cuanto más lejos quede cada zapato de su par, mejor. Y por último, ve al cajón donde guardas guantes, bufandas, gorros y demás, y lo vacías, también encima de la cama.
 

Al volante

Lo cierto es que desde que me subo al coche hasta que me bajo, voy acojonada. Pensaréis que con toda la razón del mundo ya que es el medio de transporte con mayor accidentabilidad del mundo, pero lo curioso es que  solo me pasa cuando conduzco yo.