El deporte

El deporte es bueno. Lo dice todo el mundo. Lo dice la tele, la radio, internet, cualquier revista que pille en la sala de espera del médico. Es universal y parece que hay consenso.

Yo no lo discuto. Para una vez que el mundo se pone de acuerdo en algo, no voy a ponerme yo a rebatirlo... Eso sí, lo único que le pido al deporte, es que me deje en paz. Yo no valgo. No valgo. Un paseito, sí. Un par de largos, también. Algo de yoga, vale. Pero ya.

Los tres mosqueteros


Hay que ver, la de tiempo que llevo sin despotricar sobre el curro, verdad? Y, por qué puede ser eso? Pues porque he encontrado un recodo de paz en la furia de Mordor. El edificio sur, como cabía esperar, es un lugar relajado. La verdad es que desde que me alejé de Komander las cosas son tan... normales. He vuelto a revivir lo que es eso, tener un trabajo normal, con un jefe normal, con el que se puede hablar y que no espera que le leas la mente (bueno, alguna vez sí... pero dentro de lo normal en los jefes).

Tener un trabajo normal con un jefe normal tiene mucho de bueno: bajo riesgo de taquicardia, reducción de instintos asesinos, menos ticks nerviosos, ser más soportable (hablo de mí)... Lo único malo es que no da para posts dantescos, como en los tiempos de Komander. Mi salud lo agradece.