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Te
pasas media vida intentando convencer a tu madre para que se apunte a
las clases de gimnasia para mayores que pone el ayuntamiento de tu
pueblo. Y venga y dale, más y más ventajas que le cuentas y todo
por 20 euros... el trimestre! Si es que me los quitan de las manos,
señora! Pues nada, ella erre que erre, excusa por aquí, excusa por
allá, que no y que no y que no. Y un día, va al supermercado, se
encuentra con dos amiguitas suyas de cuando eran jóvenes y oye, pues
que me la convencen en 10 minutos. Ahí es poco!
Pero
espera que aún no he acabado. Llega el día D a la hora H y mi madre
acampa en el ayuntamiento, cual fan de Justin Bieber, para ser de las
primeras no vaya a ser que se quede sin curso. No me preguntéis cómo
sucedieron los hechos, pero mi madre salió del ayuntamiento apuntada
a clase de gimnasia, cultura general y psicología.
Yo
con cara de cromo.
Pues
bien, quién me lo iba a decir… Desde que mi madre va a clase se
acabaron las llamadas de “hola hija, qué
tal todo?”, “Cuándo vienes?”, “Qué tal
el trabajo?”, “y Polanski?”, “Cuándo me dais nietos?”.
No, no. Ahora es más bien: “hija, te quería yo preguntar…”. Y
no se le pasa una, qué va. Deberes que le ponen, deberes que hace.
He
aquí la pregunta de ayer:
- Hija, cómo se dice, “armario” o “almario”?
- Mama, armario es con “r”.
- Estás segura?
- Claro mama, cómo va a ser con “l”!! Lo has buscado en el diccionario?
- Es que ha dicho la profesora que no podemos utilizar el diccionario. Míralo en internet.
- (me tengo que reír) Mama, si no vale el diccionario internet no valdrá tampoco.
- Ah, de internet no ha dicho nada. Míralo en internet!
- Mama que estoy segura.
- Que lo mires!
Y
allá que va servidora a la RAE y … sorpresón: armario y almario, no solo las dos
están aceptadas sino que además, son la misma cosa (ay de mi, pobre ignorante!).
Qué, cómo os habéis quedao? Miedo me da que un día de éstos me cuadre el círculo...