Es cultural

2007. Estocolmo. Tomo parte en una reunión con exactamente cuatro participantes: un holandés, un japonés, un estadounidense (sí, ya sé que parece el chiste) y servidora. Reconozco que no era particularmente interesante de lo que estábamos hablando, pero de ahí a que, de repente, el japonés se desplome dormido sobre la mesa... Yo al principio pensé que se había muerto, pero el americano, hombre de mundo, nos lo aclaró en seguida: "es cultural".

Pues sí, quizá éste fue el más hardcore de los comportamientos que jamás vi justificado bajo el lema “es cultural”, pero lo cierto es que con esto del ambiente de trabajo internacional que tanto se practica hoy en día, experiencias “culturales” de éstas tengo, por suerte o por desgracia, como para hacer un top ten. 

Espera, se me ha ocurrido una idea: voy a hacer un top ten!

10. Oler mal. Yo entiendo que en el norte de Europa no haga falta desodorante. Entiendo que se sude tan poco que uno pueda incluso ponerse la misma camisa dos días seguidos. Pero es que hasta en Alemania de vez en cuando hace calor! Es normal que tenga que ponerme yo una máscara de oxígeno para entrar en tu oficina? Pues no me queda otra, porque es cultural...

9. Beber en el trabajo. Como quien se toma un café: dos de la tarde, te bajas a la cafetería del curro y te tomas tu medio litro (que no una caña) de cervecita, claro que sí, como un señor! Como es cultural! Y no, no va por los alemanes...

8. Quitarse los zapatos. Imagínate: llegas a la oficina, te sientas, enciendes el ordenador y mientras arranca te quitas los zapatos y te vas, en calcetines, a echarte un café. WTF!! Es cultural?? Pues se ve que sí, porque así se pasa el individuo el resto del día.

7. Llegar tarde. Con este tema mejor ni empiezo porque me inunda la cólera. Qué os voy a decir. Parece ser que si eres de determinados países mediterráneos se acepta que llegues tarde a una reunión. “Es cultural”, te dicen.

6. Asearse en la oficina. Unos tanto y otros tan calvo. Los hay que no se duchan, y luego están los que se traen la higiene personal a la oficina. Pero no, no estoy hablando de traérsela al baño de la oficina... estoy hablando de traérsela a la oficina en sí. Véase, afeitarse delante del ordenador. O, peor aún: vale que te pongas sandalias con calcetines (a todo se acostumbra una), pero que te los quites y te pongas a cortarte las uñas de los pies así, entre email y email? Es eso cultural? Todavía tengo pesadillas por la noche con uñas voladoras.

5. Lavarse los dientes. Parece ser que solo es cultural para (algunos) mediterráneos el lavarse los dientes en el trabajo. A mi me parece muy bien que no te quieras lavar los dientes (allá tú y tu salud dental)... pero si te has comido cebolla y media en la comida, realmente tienes que hablarme a dos palmos de distancia?

4. Hacer deporte en el trabajo. Lo cierto es que (y yo estoy encantada con ello) aquí se fomenta mucho el deporte, hasta el punto de que en todas las empresas en las que he estado hay vestuarios para que puedas ducharte, por ejemplo, después de hacerte 40km en bici para ir al trabajo. Hasta aquí bien (por los que se duchan). Pero es realmente necesario traerte la ropa sucia y colgarla en la percha de la oficina?

3. Eructar, salpicar y otras lindezas. Os habéis preguntado cómo consigue uno beberse una sopa con chopsticks? Pues os lo voy a decir: succionando y... salpicando! A la lavadora mi camisa. Pero oye, es que es cultural!

2. Desnudarse en el trabajo. Aún recuerdo a esta compañera (cuya nacionalidad no voy a revelar, pero se aceptan apuestas) que no dudó en quitarse la camiseta en medio de la oficina para enseñarnos el nuevo tatuaje que se había hecho en el omóplato... Así, sin pudor ni ánimo de exhibicionismo, toda natural. "Cultural" a más no poder! Menos mal que el tatuaje estaba en la espalda...

Por último, el número 1 me he propuesto conquistarlo yo el día en que, 100% cultural, encienda una traca a lo fallas en uno de los meetings de la muerte, al grito de: Fack it oooool!


El polaco

No amigos no, esta vez no vengo a despotricar sobre el individuo, sino a ensalzar las “virtudes” de su lengua materna.

Y es que pasada la euforia del enamoramiento, eventualmente comienzan a aparecer los “daños colaterales”: que te has echao un novio polaco? Guay, pues a aprender polaco! Queridos solteros y solteras del mundo, he aquí un consejo: la próxima vez que conozcáis a alguien, olvidaos del “estudias o trabajas”, “bebe!” o “qué hace una chica como tú en un sitio como éste?”. NO. Id a lo importante: “, cuantas declinaciones tienes?”, “y vocales?”, “cuantas consonantes seguidas eres capaz de pronunciar?”. Este tipo de preguntas realmente os permitirá juzgar y evaluar objetivamente el sarao en el que os estáis metiendo. Así, sin paños calientes, porque después le cogéis cariño y ya no hay vuelta atrás.

Cuando piensas que tú ya pasaste tu calvario con el alemán y su nominativo, acusativo, genitivo y dativo, descubres que el polaco no escatima en casos: añádele vocativo, locativo e instrumental. Es que no pasé yo ya mi penitencia? Por qué? Por qué?

Pues menos mal que la pasé, porque otra de las cosas "buenas" de aprender polaco en Alemania es que las clases son, por supuesto, en alemán. Qué significa “przekupstwo”? (nótese que son 3 vocales para 8 consonantes). “Bestechlichkeit”. Ah! Ya está mucho más claro!

Según el Foreign Service Institute, más se me habría complicado la cosa (lingüísticamente, se entiende) de haber sido Polanski árabe, coreano, chino o japonés. Justo después va el polaco. Solteros y solteras del mundo, si no queréis renunciar a la componente exótica sin complicaros demasiado la vida, el Foreign Service Institute os da a elegir entre varias latitudes, desde noruego hasta italiano, pasando por holandés, danés y francés. Ahí lo dejo!

Para quitarme mérito, Polanski me recuerda: “yo también estoy aprendiendo tu idioma”. Claro que sí! Yo tengo que aprender a pronunciar “przepraszam” y Polanski tiene que aprender a pronunciar “disculpe”. Lo mismico. Cinco vocales, menudo reto para una criatura que puede pronunciar nueve, dos de ellas nasales. Que yo le he oido pronunciar palabras, que ni los delfines! “Pero conjugáis los verbos”, anda y es que los polacos no? De hecho, una conjugación más tienen ellos.

En fin. Todo sea por amor.

Lo único que me consuela es saber que nunca dominará todas las acepciones de la palabra “cojones”.


Enemiga pública número 1

Desde el mismísimo día en que nos emparanoiamos todos con el peligro de los fluidos y demás enseres en aviones, no he podido dejar de fijarme en las diferencias que se producen entre los controles de seguridad de unos y otros aeropuertos. De todo he vivido: desde hacerme abrir la maleta por un lip gloss, hasta dejarme pasar con un champú, la colonia y una lata de foie grass (por todos conocido el efecto explosivo del foie grass!!). Que digo yo, igual de peligroso será el champú de Munich a Madrid, que de Madrid a Munich...

A lo que íbamos: volvía servidora feliz y contenta (dentro de lo contenta que una puede estar cuando deja Madrid a sus espaldas) de vuelta a Munich. Ocho de la tarde. Llego al control de equipaje de mano. Saco laptop, desodorante, el cacao y todo lo que ofende a la seguridad aeronáutica. Mi gozo en un pozo, aún así, el amable controlador de equipajes me pregunta:

- Señorita, es ésta su maleta?

- Sí, ha visto algo?

- Abrala, por favor.

- [mientras la abro y tratando de ver la pantalla del escáner] Si quiere dígame lo que ha visto, a ver si sé qué es... (todo sea por cooperar con las fuerzas de la ley y el orden)

- Abra la maleta!

- Pero si me dice...

- Que abra la maleta! No le puedo decir! El procedimiento es el procedimiento, y está prohibido enseñarle la pantalla del escaner!! Abra la maleta!!! [tish! El látigo le falta...]

Qué suerte la mía! Con la simpatía hemos topado! Servidora que, otra cosa no, pero vuelos ha cogido unos cuantos, que casi que ha aprendido alemán comentando escaners, le contesta "amablemente":

- Pues vaya mi#rd% de procedimiento que tienen aquí!

El increible Hulk, pero en rojo. Rojo, rojo, cada vez más rojo, hasta que grita: Guardia civil!! Guardia civil!!!

Se acerca el guardia civil, al que el "simpático" controlador de equipajes le comunica:

- Aquí la señorita ha dicho, nada menos, que el procedimiento de chequeo de equipajes es... una mi#rd%! "piiiiiii" ha dicho!!

Nada me podría haber preparado para la respuesta del guardia civil:

- Es que es una mi#rd%!

No tengo palabras para describir la cara de Hulk. Que entiendo que está haciendo su trabajo, pero es que otros tantos lo hacen igual de bien sin malas formas ni abuso de poder gratuito.

El guardia civil de súper buen rollo me insta a "cooperar" (pues si de eso es de lo que trato!) mientras el "simpático" controlador rebolica toda mi maleta. Aparece uno de mis compañeros de trabajo y de viaje, que me dice:

- Jo, me han parado y me han abierto la maleta... La verdad es que en el escáner el palo del paraguas parece un "arma letal", jeje!

Qué le vamos a hacer, no tengo contención ninguna... Me falta tiempo para replicar a mi amigo el controlador:

- Fíjese usted! En la cinta esa de ahí al lado el procedimiento sí que deja enseñar la pantalla del escáner...

- Guaaaaaaaaaardia civil!! Guaaaaaaardiaaaaaaaaa!

No diré que vi pasar mi vida ante mis ojos, pero lo que sí se me pasó por la cabeza fue: me enchironan!! Me enchironan!! A mi madre la mato del disgusto y Komander me mata a mi porque me pierdo el meeting de mañana que, esta vez sí, ha prometido que es suuuuuper importante!

Gracias al supremo, el guardia civil sigue siendo el más enrollao del aeropuerto y toma control de la situación, insta al controlador paranoico a que nos enseñe el escaner e inmediatamente identifico el objeto ofensor, que no es otro que mi pasador de pelo! Todo este lio causado por un pasador de pelo. Un pasador de pelo!!! El guardia civil y mi amigo Hulk por fin me dejan ir.

Aunque en ese momento me sentí como William Wallace ante la libertad, la verdad es que a la salida del meeting de la muerte de esta mañana me retumbaba la cabeza: “mejor que me hubiesen enchironao!”