Cosmopolita-me

Para que os hagáis una idea, la última vez que estuve por aquí escuchaba a Backstreet Boys en mi walkman (sí, walkman), "Men in black" lideraba la taquilla y una oveja llamada Dolly dejaba al mundo boquiabierto.

Y es lo que tiene, si te pasas 18 años sin pisar una ciudad, es altamente probable que a tu regreso lo notes todo muy cambiado... primero, porque la ciudad con casi total seguridad ya no será la misma y segundo, con total seguridad tú no serás la misma.

Pues justo esto me ha pasado esta semana a mi regreso a Londres.



Os contaría el viaje día a día, paso a paso, pero como esto sigue sin ser un blog de viajes y yo no soy ninguna entendida en el tema, lo que viene a continuación no es más que una secuencia aleatoria e inconexa de todo lo que me ha llamado la atención por los motivos más dispares.

No intentéis encontrarle sentido...

Para empezar, Londres se ha convertido en una ciudad sobreseñalizada (y otros tantos "sobres": sobrepoblada, sobresaturada... ). Ser turista en Londres me ha resultado híper-mega-facilísimo (nada que ver con la adolescente que pateaba la ciudad mapa en mano chapurreando en inglés). Desde que sales del tren, tienes unas flamantes líneas en el suelo que literalmente te llevan allá donde quieras ir.

Sales a la calle, y tienes uno de estos mapitas cada dos manzanas:


De mi anterior visita hay muchas cosas que no recuerdo, pero de que estos mapitas no estaban por todas partes, estoy segurísima!

Y para asegurar tu supervivencia, las famosas "look right", "look left", no vaya a ser que la líes al cruzar la calle.



Total, que hay señales para todo, todo, todo. Lo difícil es perderte.

Otra cosa que me llamó la atención es la velocidad con la que desaparecen éstas:

Viviendo en Munich pensaba yo que "no podía ser peor". Pues sí, puede! Viendo lo que cuesta un sencillo de metro, no me extraña que las calles estén a rebosar. Y digo el metro, como podría decir cualquier atracción turística, el cine, el teatro, el brunch, cenar en un restaurante, una copa de vino...

Aunque no todas las atracciones turísticas son caras. Para compensar, los museos son todos gratuitos. Nosotros nos decantamos por el Tate.


Como sabéis que soy una aficionada al arte, aquí os dejo mis favoritos:























No sé muy bien por cuál decantarme. Quizás por el segundo, titulado "nada", ya que no solo es arte, sino también poesía. Lo tiene todo ;-p

Ir a Londres me ha recordado que Munich es un pueblo grande. La oferta de cine, teatro, comedia, musicales y un largo etcétera es muy superior a la que mi tiempo y mi presupuesto me dejan disfrutar. Como hubo que elegir, me decanté por "Charlie y la fábrica de chocolate". Espectacular y súper recomendable!


En Londres puedes hacer estas dos fotos sin levantar los pies del suelo:




Si te acercas demasiado a la vía del metro, corres el riesgo de sufrir heridas "life-changing". Podrían añadir que es altamente probable que la vida te cambie a peor, ya que se ponen.



Y luego está Wasabi, fast food revelación del viaje, que no solo es una alternativa a precio razonable, sino que además el sushi está buenísimo! Me recuerda al de los 7-eleven de Tokio (en los que sí, curiosamente también está muy bueno).


En pleno Támesis se encuentra anclado desde hace 44 años un buque de guerra, el HMS Belfast, buque museo perfectamente acondicionado para el curioso turista. De los increibles 27 años de historia de está fortaleza de acero flotante que tengo para elegir, elijo el escrupuloso y preciso procedimiento para encender y apagar el horno (todas las guerras se ganan en la cocina!)


Y por último, inspiración



Y tú, con qué te quedas de Londres? :-)

2 comentarios:

  1. Definitivamente con la velocidad a la que desaparecen las libras. Y con los baños públicos de pago, me sorprendieron la primera vez que pisé Londres, siendo adolescente y me volvieron a flipar ahora. ¡Treinta pennies por un pis!

    Es un agobio de gente por todas partes.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo creo que me he hecho vieja... Cuando fui la primera vez me parecia todo maravilloso, los mogollones, las tiendas... Ahora quiero paz y tranquilidad y, a poder ser, gratis :-)

      Lo de pagar por los baños públicos está en muchos sitios en Alemania. A mi, si está limpio, me parece bien. Prefiero limpio pagando, a tener que hacer equilibrios gratis!

      Eliminar