Aguandofiestas

Por fin, tras meses y meses encerrada en los confines de Mordor casi sin ver la luz del sol, llegan las ansiadas vacaciones. Cual ave migratoria, me voy a buscar climas más cálidos. Dormir hasta las tantas, disfrutar del mar, no cocinar, hacer lo que te apetezca cuando te apetezca. En fin, el paraíso terrenal.

Llegas viernes por la noche al dichoso (sin ironía, de momento) paraíso. Como es viernes y has trabajado toda la semana (más aún si cabe, porque hay que acabarlo todo antes de irse) y te has pegado tres horas de vuelo, estás cansada por muy “en el paraiso” que estés. Lo bueno es que te da igual porque tienes el subidón vacacional en el cuerpo, así que, como poco, te vas a tomar algo. Resultado, caes a las dos de la madrugada (que para mis ajados huesos, ya se considera tarde), pero no te preocupa lo más mínimo, porque el día siguiente es sábado y estás de vacaciones y vas a dormir hasta las doce, como poco. 

Y entonces, sucede. Siete de la mañana en punto. Tu cama comienza a vibrar. En tu trance, distingues un ensordecedor estruendo que te recuerda a una taladradora, martillo neumático o el apocalipsis. Abres un ojo. Tu cerebro comienza a funcionar. Sí, es una taladradora. Abres el otro. Confundida y aturdida, te levantas y te asomas a la ventana. La divisas: en la otra acera, mirándote fíjamente mientras destroza baldosas a tutiplén, se encuentra tu nueva amiga, la taladradora veraniega.

Me voy a ahorrar el despotrique “malalecheril” que me vino al cuerpo en mi primer día de vacaciones a las siete de la mañana. En su lugar, voy a aprovechar para hacer una reflexión “en voz alta” sobre algo que todos hemos sufrido alguna vez: las obras. Más concretamente, la dinámica de las mismas.

Para comenzar: por qué se hacen en verano, cuando todo el mundo tiene ventanas abiertas? En los países del norte lo puedo entender porque el clima en invierno es inviable, pero en los del sur? Si en mi pueblo llueve 60 veces al año! Más aún, siendo el caso de un destino claramente turístico.

Además, esa excusa vale para las obras al aire libre, pero es que las de interior, tres cuartos de lo mismo. Si te quieres cambiar los azulejos de la cocina, qué mejor que empezar el 16 de agosto?! “Es que así aprovecho que estoy de vacaciones para ir echando un vistazo a la obra”. Sí, tú estás de vacaciones, y medio hemisferio norte también. Y nos vamos a poner de contentos con tu cambio de azulejos!! Por otro lado... no voy a comentar sobre el hecho de que alguien quiera invertir sus vacaciones en monitorizar una obra... al fin y al cabo, cada uno es cada uno y su circunstancia... (para no querer comentar, ahí la he dejado caer... cómo las gasto!).

Vale sí, nos guste o no nos guste, al final la obra va a comenzar el 16 de agosto. Bien. Pero entonces se produce el aspecto más fascinante de esta dinámica "obreril" que me propongo analizar. Por qué todo obrero comienza el día con la tarea que más ruido produce? O sea, por qué a las siete de la mañana taladradora y a las nueve, silencio sepulcral?. Qué está haciendo usted a las nueve? Limpiar los azulejos? Repartir yeso? Llamar a su madre? Y no podía haber empezado usted por eso? Que dos horitas de sueño siempre son de agradecer (horas, minutos, hasta segundos si me aprietas).

Y esto es así en todas partes, desde la China hasta el Perú, en todas las obras, todos los días.

Total, que mi primer paseo de las vacaciones no fue por la playa, sino a la farmacia (que no abre a las siete sino a las nueve, fíjate tú si tiene gracia) a por unos tapones de los oídos.

Y la vibración de la cama, os preguntaréis? Todo es acostumbrarse.

A mí estas vacaciones no me las destroza nadie!


6 comentarios:

  1. Bueno, al menos te desahogas despotricando de otro... Peor es trabajar casi 11 horas al dia, y estar desde el lunes pensando ya en el fin de semana para dormir "de sol a sol", literalmente y que a las 4:40 de la madrugada del sabado suene la alarma del movil porque el sabado anterior si que trabajaste y no te has acordado de quitar la alarma!!

    Pues la apagas y sigues durmiendo, diras. Pues no, porque cada veinte minutos - media hora te estas despertando con taquicardias para mirar el calendario del movil a ver si va a ser aun viernes y no vas a llegar al trabajo. Da igual que mires el movil cincuenta veces... No falla: a intervalos de media hora te despiertas como el conejo de Alicia en el Pais de las Maravillas: llegotardellegotardellegotarde...

    Lo que mas fastidia es no tener a quien echarle las culpas.

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    1. Madre mía, la de veces que me ha pasado eso (olvidarme de apagar el despertador del día anterior) y he acabado despierta y cabreada (conmigo misma) a horas intempestivas!!

      Sabes cuando entraba yo en modo conejo de Alicia en el País de las Maravillas? El día antes del examen. Como me despertase (si es que me dormía) a las dos de la madrugada, ya no me volvía a dormir... (taquicardias y todo incluidas)

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  2. Ay amiga mía, esa taladradora solo tiene una explicación y para mi no tiene que ver ni con las obras, ni el verano, ni la mala suerte... es la maldita e inevitable LEY DE MURPHY que actúa en cualquier lugar, momento y circunstancia, irremediablemente.

    Esa Ley que hace que tu tostada siempre caiga del lado de la mantequilla, que llueva el día que has organizado una excursión al campo (con meses de antelación y alquiler de cabaña en el bosque incluído) o cuando acabas de lavar el coche, que te manda una nube de polvo africano cuando acabas de limpiar los cristales... la que hace que empiece una obra coincidiendo en tiempo y espacio con tus vacaciones. Esa, es esa maldita...

    Lo bueno es que siempre hay maneras de burlarla y, oye, vacaciones son vacaciones, con taladradora o sin ella. Que puestos a madrugar de forma forzosa y tener sueño todo el día yo prefiero pasarlo en la playa que en la oficina :P

    Pásalo muy bien, guapa! Nos leemos...

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    1. Cuánta razón tienes!

      Me has recordado a una vez que se me cayó una tostada cargadita del todo de Philadelphia (siguiendo la maldita ley, por supuesto) y casi me cargué a mi compañera de piso... no de un resbalón, sino del grito que le pegué para evitarlo... Yo creo que la preparé para una invasión alienígena...Como que agradeció que al final solo fuese un pegote de Philadelphia en el suelo...

      Por cierto, noto en tus palabras cierto resquemor hacia Murphy y su ley... No sé, como si hubieses vivido en tus carnes alguno de los ejemplos... ;-p

      Besetes a Suiza y eso, nos leemos!

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  3. Sobre el porqué se empieza el día con la máquina que más ruido hace, tengo una pequeña teoría ...
    Ese obrero que se ha levantado el sábado antes de las siete para ir a trabajar, ya no puede hacer nada para dormir el mismo hasta las 12:00, así que ya no tiene nada que perder, o lleva ya algún tiempo trabajando en esas condiciones de ruido, así que el oido no es el mismo (eso se puede comprobar cuando habla con su madre por teléfono ...).
    A veces es complicado ponerse en el papel de los otros, aunque desde que he decidido hacer alguna obra en casa empatizo algo más con esa canción del verano.
    Disfruta de las vacaciones o intenta exprimir el seguro legal (alguna cosa que no deberían hacer seguro que se puede encontrar ...)

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    1. Charles, tu teoría y la mia son la misma teoría. De hecho "ya no puede hacer nada para dormir el mismo hasta las 12:00, así que ya no tiene nada que perder" se puede decir con menos palabras, namely, "para jod#r" (para ahorrar caracteres, por si necesitas twitearlo...)
      ;-p
      Ya me contarás que tal vas con tu obra, btw

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