GDI: Yusles tiene email

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Si habéis seguido la primera entrega de la Guía del Inútil, puedo asumir que a estas alturas ya todos sabemos cómo tenemos que enfocar un meeting para salir de él airosos y sin que nos enmarronen.

Sin embargo, desgraciadamente, los marrones como el tiranosaurio saben cómo abrirse camino y sin comerlo ni beberlo y habiendo demostrado cero interés y menos aptitudes, podemos encontrarnos con uno de estos “pequeños” entrando por la puerta de atrás, cuando no podemos defendernos, oséase, en nuestra bandeja de entrada. Qué sucede cuando alguien, a pesar de todos los indicios, decide que somos capaces de solventar problemas y nos pide que hagamos lo propio mandándonos un desconsiderado email? Hablando claro y raso: qué hacer cuando nos ciber-enmarronan?

Pongámonos en situación: Yusles llega a la oficina. Enciende el ordenador, abre el correo. Lo deja ahí en el background mientras se sube a por el café, ojea el periódico, llama a su madre, compra no-sé-qué pieza del coche en Ebay… vamos, “lo normal”. Solo a las cuatro de la tarde, cuando ya le puede el aburrimiento, decide echar un vistazo a su correo electrónico.

Mensaje 1, ignorar. Mensaje 2, ignorar …. Mensaje n-1, ignorar. Mensaje n, ignorar (el algoritmo como veis es sencillo). Ya está, ya hemos echao la jornada! A casa a pasear al perro! Ya casi está Yusles cerrando windows cuando, para su infinita perplejidad, reaparece “mensaje 2” en su bandeja de entrada con el mensaje añadido “y para hoy”. Zaskatraska, toma ciber-marrón!

Analicemos lo que ha pasado: un marrón ha alcanzado a Yusles. Sí. Pero, uno de cuantos? Que había en esos “n-1” emails que tranquilamente ha ignorado, borrado o vete tú a saber? He aquí la clave y la lección más importante: emails cuantos menos leas, mejor. Eso enseñará a tus jefes que a ti no se te molesta. Bastante tienes tú ya con venir todos los días al curro a sentarte delante del ordenador, como para que encima te pidan que hagas algo!

Pero, y qué hacemos con el intrépido marrón que sí nos ha alcanzado?

Llegados a este punto, cualquiera con un poco de dignidad se resignaría al enmarronamiento, pero no olvidemos que es de Yusles de quien estamos hablando. El siempre empleará el llamado “último recurso” antes de darse por enmarronado: Yusles entrará en modo dispatcher y reenviará el marrón a todios, con la esperanza de que alguien lo adopte como suyo. Esto, gracias al sentido de la responsabilidad de unos cuantos infelices, funcionará (y Yusles lo sabe) en considerables ocasiones.

Increíble pero cierto, con estas sencillas técnicas consigue Yusles evadir el 99% de los marrones. Qué hacer con el 1% restante? Pues bien, sobre el complejo sistema de manejo de marrones profundizaré en la próxima entrega de la Guía del inútil. Hasta entonces, estáis solos ante el marrón!


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