Un domingo alarmante

Domingo por la mañana. No sé qué hora es, pero sé que es temprano. Lo sé porque estoy retozando tranquilamente en la cama, calentita, sin mayor preocupación que girar de lado a lado y volverme a dormir.

De repente, suena el timbre. “Ya están los de las biblias”, pienso. Ah no, espera, que es domingo. Vuelve a sonar el timbre. Para cuando se levanta Polanski y se asoma a la ventana, el timbre ya ha sonado unas tres veces. Son dos señores, me dice. “Buff, los de las biblias, que ahora también trabajan los domingos”, sigo pensando.

En lo que tarda Polanski en decirme eso, comenzamos a oir pasos y voces por la escalera (la vecina, que no se puede resistir a unas biblias tempraneras, ha debido de abrirles). Oigo con perfecta nitidez como los de las biblias se identifican como “policia” y aún más nítido “Polanski”. Lo reconozco, oir a un policía alemán llamar a gritos un nombre polaco, acojona.

Ahora sí que salto de la cama y abro la puerta como si la vida me fuese en ello. Ahí esta el uniformado, esperándome:

  • Polanski?
  • Sí, es aquí. Qué pasa?
  • Que la alarma de su coche lleva sonando desde las 6 de la mañana! Baje ahora mismo a apagarla.

Y se va.

Menos mal! Nuestra vieja amiga la alarma... La verdad es que se me había pasado de todo por la cabeza. Si bien no hace gracia que te saque la policía de la cama un domingo a las siete de la mañana, que “solo” sea por la alarma del coche es casi que un alivio. Obviamente los vecinos no opinaron lo mismo, a juzgar por el corrillo que se había formado alreadedor del bólido, auténtica reliquia de los ochenta.

  • Por qué habéis tardado tanto?
  • Es que diez quilos de coca no se destruyen solos...

Eso es lo que a mi humor matutino le hubiese gustado decir... Pero dadas mis experiencias previas con las fuerzas de la ley y el orden y, también, por miedo a que mi polaquita tenga que ir a la cárcel a ver a su padre, me limito a un sencillo:

  • Vestirnos y peinarnos.

Habría sido genial arrancar el coche y apagar la alarma. Pero por supuesto, no. El coche no arranca y la alarma va por libre. Sorprendentemente, llegados a este punto, el policía (que resultó bastante más majo de lo que sus gritos hacían presagiar) se despide. “Veo que lo tenéis bajo control”, dice y sonríe. Y nos deja solos con el corrillo de vecinos, todos la imagen viva de la alegría y la comprensión.

La batería. Probamos a desconectar la batería. Nada. Tocamos cuatro o cinco cables aquí y allá, por si "deja de sonar" la flauta, pero otra vez, nada. Como todos los vecinos son expertos en coches de los ochenta, se pasan por el capó señalando aquí y allá. Todo sin éxito. Polanski llama al servicio técnico. Nada de nada. Al final recurrimos a youtube. “Cómo desconectar la alarma”. Siete videos más tarde, por fin algo útil: “busca el altavoz y desconéctalo”. Buena idea! Aunque es más fácil decirlo que hacerlo...

Mientras tanto los vecinos han perdido el interés (eso, o que les cierran la panadería), así que podemos buscar tranquilamente. Por fin, tres horas después de que la policía nos sacase de la cama, aquí está, el culpable de todo esto:


Cómo algo tan pequeño puede despertar a una calle entera, no lo sé.

Pero bueno, por lo menos amanecer ha amanecido, que visto lo visto, sigue sin ser poco.


5 comentarios:

  1. Lo mismo que podría haber pasado en España, una vez estuvo una alarma sonando del orden de dos días y si la policía llegó a presenciarse fue porqie pasaban por allí con algunos asuntos más importantes. No sabemos como fue que se apagó al final, pero el coche siguió allí, así que las pilas se le debieron de acabar ... a los vecinos a veces les pierden las ganas de cotillear, que les habría costado esperar ... Además, con la polaquita en camino, que se vayan acostumbrado a los decibelios mañaneros, hasta en fechas de guardar :)!

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    1. Dos días? Pero de qué están hechas estas alarmas? De qué se alimentan? Podrían adaptar las baterías de las alarmas a los móviles...
      Espero que la polaquita no llegue a los decibelios de la alarma del coche. Porque no llega, verdad? verdad?

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  2. ¿¿Otra vez?? Delincuente reicidente. Esta vez no estaba la señora Molinero (¿se llamaba así?) con su llave inglesa? ;)

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    1. Exáctamente! Esta vez no estaba la señora Molinero y, lo que es peor... nosotros tampoco estábamos! Y fíjate tú que siempre aparcamos enfrente de casa..., pero esta vez no había sitio y nos fuimos a la calle de al lado...y en fin, que la hemos liao parda!:-)

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