To say or not to say?

Ayer salió el sol en Munich, así que salimos de casa con una misión muy clara: paseo por el río mientras dure el sol y después, compra de mi primer molde de tarta (indispensable para continuar con el training de master chef). Una vez más, un plan sencillo.

“Un paseo semanal” es el precio que pago por no tener que hacer deporte. Polanski me dio un ultimátum: como mínimo, mínimo, tenemos que ir a pasear al menos un día a la semana. Me parece razonable. La única condición que le he puesto es que no paseo “bajo cero” ni con lluvia (parece obvio, pero es que este hombre es todoterreno...).

Y qué ha hecho servidora para aprovechar tanto paseo? Pues desenterrar el manual de su cámara de fotos! Sí, quién lo iba a decir! Yo no he hecho fotos en mi vida, pero ahora con la vejez y la melancolía y las imposiciones, pues oye, me ha dado por ahí.

Me viene grande. Yo estoy acostumbrada a darle a un botón en el móvil, y toma, foto. Pues aquí no. Hay miles de opciones y un montón de parámetros que tienes que combinar para hacer la foto perfecta. Si alguien entiende de esto, por favor, que me ayude!

Mientras tanto, como todavía no tengo ni la más remota idea de cómo varían aperturas de diafragma, tiempos de exposición y demás parámetros en mi cámara, lo que hago es tomar la misma foto cambiándolos uno por uno. Total: cinco minutos por foto.

De las 300 fotos experimentales que hice ayer, las que más me gustan son estas:

(ya, un día de sol increíble, y las mejores fotos, las del anochecer... )


No sé si estarán bien fotográficamente hablando, pero me gustan.

Parece ser que la toma de 300 fotos desespera bastante a Polanski. No quería paseo? No hay quién le entienda!

Procedemos a la segunda parte de la misión: mi molde de tarta.

Si los parámetros de la cámara me vienen grandes, los tropecientos tipos de moldes de tarta, ni te cuento! Como las compras me agobian y las tiendas me agobian más aún, cojo rápidamente el segundo más barato y me apresuro a la caja.

Y aquí el highlight del día.

Mientras Polanski y yo, ciudadanos modelo, nos posicionamos en una cola perfecta, que nada tenía que envidiar a la de la parada de autobús de cualquier pueblo británico, un individuo de unos sesenta años de edad al que llamaremos “Vándalo”, junto con su perro (al que llamaremos “Patada”), con todo el morro del mundo, se planta en la caja, dejándonos a sus espaldas. Además, nos mira, como para asegurarse de que seguimos ahí, detrás y no delante.

Alevosía y noctunidad! Yo, con cara de cromo. Miro a Polanski, la vena de la frente a punto de estallar. En ese momento, llega el dependiente de la caja de al lado...

Y eso es todo lo que os voy a contar, al menos de momento, porque quiero aprovechar el post de hoy para hacer un experimento: “realidad vs imaginacion”.

Qué creéis que pasó?

En una semana, os cuento “la realidad”, a ver si la superáis.


9 comentarios:

  1. Os pusisteis en la cola de la caja nueva y Vándalo encima os montó un pollo porque os habíais colado, ya que él estaba delante y tenía derecho a ponerse delante en la cola nueva. La cajera, of course, le dio la razón a vándalo.
    Cómo voy de encaminada?

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    1. Bueno, bueno, bueno... Sin ánimo de desvelar el final de la historia, diré que en algunas cosas sí has dado de lleno...
      Y añadiré: como se nota que ya llevas tu tiempo en Alemania... ;-)

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    2. DEMASIADO tiempo en Alemania, más bien...

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  2. Voy a estrenarme comentando en tu blog para aportar mi final alternativo basado en mi propia experiencia haciendo cola en los Edekas de Múnich. Yo creo que, por supuesto, os pusisteis en la cola de la caja nueva, con todo el derecho del mundo, que en los supermercados alemanes prima la ley del más rápido (los hay que se cambian de caja en cuanto oyen el "Zweite Kasse, bitte", sin esperar a que Frau Schmidt llegue) y guardar el orden es de cobardes. La cajera pasó del tema porque bastante tiene ella con arrojar productos al otro lado de la caja más deprisa de lo que uno tarda en meterlos en la bolsa. Y Herr Vándalo, espero, se quedó mirándoos con odio contenido, quizás maldiciendo en bávaro por lo bajinis, mientras tú le dedicabas tu mejor sonrisa triunfal. Porque, a poca sangre que tengas, si el Herr se atreve a colarse una vez más, el perro iba a acabar haciendo honor a su nombre. ¿Me equivoco?

    ¡Un placer leer las aventuras de otra expat en esta nuestra ciudad de acogida!

    ¡Un saludo!

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    1. Jijiji, me parto con lo de "a poca sangre que tengas" :-)

      Me alegra que te hayas animado a comentar, y nada menos que en el gran reto bloguístico del año! (ya sabes que soy dada a la exageración...)

      Todas estáis de acuerdo en que hay que ir a la caja 2....uhm.... seré una ciudadana alemana modelo?
      Todo esto y mucho más, el domingo ;-p

      Saludos para ti también, y muchas gracias!

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  3. Por dior no nos tengas en vilo y cuenta donde acabó el perro de la patada que le diste al cambiaros de caja. Porque te imagino corriendo a la caja nueva como si fueran las rebajas del corte inglés en Preciados!

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    1. Vaya, vaya... qué reputación me he creado!! :-)

      Mañana a primera hora (quien dice primera hora, dice las 11) tenéis el desenlace encima de la mesa...

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    2. Uuuff yo no sé si podré conciliar el sueño 😝😝

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