De perros y frisbees

Sabes esa sensación que experimentas cuando, tras meses y meses entrenando, por fin consigues meter un triple? O cuando finalmente encajas la última pieza de un puzzle de 1000 piezas? O mi favorita, por su capacidad gráfica, cuando después de todo ese tiempo entrenando a tu perro para que coja el frisbee... un día se lo tiras y lo agarra! Y entonces comienza a sonar el cuarto movimiento de la sinfonía número nueve de Beethoven y tú saltas de la alegría y de fondo aparecen palomas y fuegos artificiales, enmarcando una estampa digna de pasar a los anales de la civilización.


Pues el pasado 6 de Octubre mi perro, tras un doble tirabuzón invertido, agarró el frisbee…

Os cuento:

Habréis notado que llevo una temporada sin despotricar sobre Komander, lo cual solo tiene dos posibles explicaciones:

1) Komander ha sufrido una transformación metafísica y se ha convertido en el entrañable jefe que todos deseamos.

2) Komander ha desaparecido de mi vida.

Si conocieseis a Komander sabríais que únicamente una de estas dos opciones es físicamente posible... Pero dejadme que os cuente:

Todo comenzó este verano (por llamarlo de alguna forma), como no podría ser de otra manera, en el corral de la Pacheca. Entre marrones y café alcancé a escuchar uno de los rumores más jugosos de los tiempos de Mordor: "se haaaaaceeeee saaaabeeeer… que a finales de verano, se nos reestructurará". Se me alegró el día! Dándole la credibilidad absoluta que un rumor del corral de la Pacheca se merece, comencé con el cuento de la lechera: que sea a mí, que sea a mí, que sea a mí! que me cambien de jefe, que me quiten a Yusles, que me manden a un departamento ejemplar donde todo sea caramelos, mariposas y nubes de algodón.

Ya estaba casi rezando cuando me acordé de Woody Allen y de mi madre a partes iguales: “nada es tan malo que no pueda ir a peor” y “más vale malo conocido…”. A ver si me sale el tiro por la culata... Y si mi nuevo Komander es aún peor? Y si en lugar de uno, acabo con tres Yusles en el equipo? No lo puedo evitar, toma control de mi persona el hombrecillo verde que habita en mi hombro derecho… es decir, el pesimista (o el que ya sabe más por viejo que por diablo) y así he pasado estos meses, a lo Oscar Wilde, temiendo lo que deseo por miedo a que se cumpla.

Pues bien, ya os imagináis el final de la historia: un día se abrió el cielo y me envió un ángel alado en forma de email que confirmaba que mis deseos se hacían realidad. Desde el día 6 de Octubre estoy “restructurada”. Consecuencias:

- Ahora trabajo en el edificio sur (=bueno, más calorcito)

- Me he despedido de Komander y de Yusles (=bueno)

- Me he despedido de Chefin y de Prudencio (=lastimica!)

- Me he despedido (o mejor dicho, he puesto tierra de por medio) del corral de la Pacheca (=malo)

La mejor de las noticias es que llevo ya un mes en mi nuevo equipo (que ya os presentaré más adelante) y aún no he identificado al inútil. A ver si tengo la suerte de mi vida y por una vez… soy yo! :-)

2 comentarios:

  1. " aún no he identificado al inútil. A ver si tengo la suerte de mi vida y por una vez… soy yo! :-) "

    jajajajajja. Me parto.

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    1. :-D

      Con lo bien que me vendría a mi una temporadita de Yusles-ness. Además, lo tengo todo súper bien aprendido... solo tengo que ponerlo en práctica!

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